jueves, 30 de julio de 2009

El juego del Gran Bonete

Juan González es un conductor especializado del Premetro. Su vida era una vida normal hasta el 28 de noviembre de 2007.
Ese día, al accionar una marmita que permite la realización del cambio de vías en el Taller Mariano Acosta sufrió un accidente de trabajo. Concurrió a la Clínica Fitz Roy en tren, ya que el Supervisor no pidió ambulancia ni remise para su traslado.

A partir de allí, su vida cambio por completo. No sólo debe sufrir la pérdida de la audición que le produjo el accidente, sino que debe luchar con la peor sordera, la de aquellos que no quieren escuchar sus reclamos.
Con un diagnostico de Hipoacusia post traumática bilateral mixta, durante dos meses fue tratado por la afección en la columna y luego por un otorrinolaringólogo hasta el mes de Mayo en que le colocaron los audífonos que le permitieron recuperar el contacto cotidiano con su familia y recibir el alta por parte de la ART Consolidar.
Cuando en Julio del año 2008 se presentó a renovar su registro de conductor profesional en Medicar, su tranquilidad fue aun mayor, ya que el mismo fue otorgado sin ninguna observación.

Unos meses mas tarde, en Febrero del año 2009, solicitó el reemplazo del audífono derecho, ya que el nivel de audición no era optimo. En menos de 30 días, recibió el alta para realizar sus tareas habituales, aunque allí, Metrovias decide ignorar el alta recibida por la ART Consolidar y le niega el acceso a las tareas habituales, aduciendo que “el alta de la ART es incompleta” Cansados de esta situación donde Metrovias parece jugar al Gran Bonete, los trabajadores amenazan con realizar medidas de fuerza si no se aclara la situación de su compañero de trabajo. En menos de tres horas, González estaba habilitado para efectuar sus tareas normales. “Lo estábamos protegiendo” expreso Marcelo Graziano, Coordinador de Relaciones Laborales a modo de justificación. Al ver que estaba siendo victima de un manoseo, González decide recurrir al INADI para que lo asesoren respecto de una posible discriminación laboral.

A fines de Junio, cuando González se presenta a realizar la renovación de su registro anual en Medicar, le piden que se quite los audífonos para hace la audiometría habitual.
Como es obvio, el resultado fue de falta de audición en ambos oídos, por lo que se le niega la emisión del registro habilitante. La empresa Metrovias decide citarlo para que el día 23 de Julio se haga una nueva audiometría, esta vez con los audífonos puestos. A pesar de ello y antes de recibir los resultados, el Dr. Lavalle, Jefe del Servicio Medico de Metrovias le anuncia que la Comisión Nacional de Regulación del Transporte, prohíbe la entrega de registros habilitantes para el transporte de pasajeros a personas con audífonos, aunque si hubiera un certificado de un otorrinolaringólogo de alguna Obra Social, podrían entregar la habilitación para trabajar nuevamente.

Esta situación es una muestra más de la falta de seriedad con que el Servicio Medico de Metrovias toma la relación con los trabajadores de la empresa. Ya no les basta con no justificar los días por enfermedad a pesar de contar con los certificados correspondientes o de negar el acceso a las tareas habituales a quienes tienen el alta otorgado por profesionales idóneos. Por eso, los trabajadores del Premetro deciden acompañar a su compañero Juan González en el reclamo y decirle basta a esta situación.

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